Sábado 15 de octubre 2011.
Éxito en la convocatoria mundial encabezada por el movimiento 15M.
El movimiento 15M sigue activo, ayer más que nunca lo demostró, demostró que hombres y mujeres  de todo el mundo están despertando al largo letargo en el que estamos sumergidos.
Ayer, centenares de miles de  ciudadanos, salíamos  a nuestras calles   manifestando nuestro  rechazo  al  sistema financiero, político y social.
Hoy no voy a extenderme en este artículo, que  por otra parte,  pocos   leerán,  pero eso  ya no importa, en realidad he descubierto, que   escribo  porque es  la forma más sencilla de reflexionar  y mantener un diálogo con esa otra persona que habita al otro lado de mi mente.
Continúo.    A veces tengo unos dolores de cabeza terribles,  dolores  que afortunadamente estoy aprendiendo  a controlar.  La  avanzadilla de estos  viene precedido por un estado nervioso de mi cuerpo, que me indica que acuda veloz  al cajón donde guardo esas pastillitas milagrosas que impedirán que el  dichoso dolor globalice mi estado anímico y fastidie  mi cuerpo y mi mente durante largas horas. 
Pues bien,  ayer sentí algo parecido,  quiero decir,  mi cuerpo andaba un poco nervioso. Por un lado me encontraba satisfecho, éramos muchos en la calle y  el recorrido, entre otras cosas, sirvió para encontrarme con entrañables amigos a los que hacía tiempo  no abrasaba,  pero como he dicho,  mi cuerpo andaba inquieto, algo  quería decirme, algo que yo   no atinaba a comprender.   Luego  si,  poco a poco lo fui entendiendo.
Yo estaba, ¡Que digo!  estoy indignado, como casi todos.  Indignado con una clase política, que nos manipula, nos engaña y nos vence, con una facilidad muy superior a la que demuestra el  Fútbol Club Barcelona, cuando se enfrenta a cualquier equipo de la liga española.  
Por esto   acudí a aquella manifestación, para mostrar mi total rechazo a este sistema, no de forma violenta,  no creo sea  esta sea la forma más correcta de combatirlo, (al hablar de violencia, me refiero a una violencia física) , pero sí quiero dejar patente,  que  si alguien me hace la puñeta,  mi impulso no va a ser la agresión física,   pero cierto es, que tampoco sonreiré, ni bailaré una sevillana, ni  contaré un chiste a mi agresor, en su lugar mantendré  una coherencia  para conmigo  e intentaré demostrarle seriamente mi desacuerdo y rechazo a su actitud.
Ayer, entre aquellos miles de manifestantes, me encontraba raro.  A  juzgar  por   lo que veía, aquello  parecía más una fiesta que otra cosa, la gente reía, cantaba y bailaba al son de los tambores, tanto es así, que por momentos me recordaba más a un carnaval que a una manifestación de gente indignadas. 
¿Donde se encontraba la Indignación? Nuestros rostros no indicaban tristeza ni rebeldía, y nuestros gritos más que reivindicaciones parecían cantos de charanga y pandereta.
¿Donde se encontraba? O es que acaso, mientras anulan tu alma ¿Te ríes?  Cuando tu hijo vagabundea por  calles desiertas, buscando un sentido a su vida, ¿Bailas?  ¿Sonreistes mientras embargaban tu casa  y destrozaban tu hogar? ¿Sonreistes?  ¿Es que acaso cantabas, cuando te quedastes sin trabajo? 
Y otra cosa, ¿Puedes reír, mientras los poderosos fabrican las guerras, destruyen naciones, inventan enfermedades y crean el hambre? ¿Mientras tu mundo se destruye y tu futuro se evapora?
  Y otra cosa, ¿Puedes reír, mientras los poderosos fabrican las guerras, destruyen naciones, inventan enfermedades y crean el hambre? ¿Mientras tu mundo se destruye y tu futuro se evapora?
No pretendo, ni quiero, ni creo que sea necesario cargar en todo momento y sobre nuestras conciencias, todas estas injusticias,  pero pienso que al menos en estas situaciones, ellos, los causantes, merecen nuestro total desprecio y repulsa y nosotros  por nosotros, nuestro  respeto.
¡No!  Ayer no pude manifestar mi indignación, pero  ahora,en este escrito, si quiero y si puedo proclamar mi indignación, a esta forma de indignarse.
P.D.
Lamento tener que decir,  que los ausentes,  los que propician nuestra indignación,  podrán seguir tranquilos. Todavía nos falta mucho,  para que nuestra indignación  realmente  les preocupe.

En determinados momentos, la estética suele ser más importante que la ética.
ResponderEliminarCreo que somos bastantes a los que le preocupa la deriva de este movimiento. Confío en que algún día se definan y, sobre todo, se consoliden.
Un saludo.