El sistema nos ahoga, las ejecuciones hipotecarias están penetrando como cucarachas en nuestros hogares, ¡Decidme! ¿Conocéis alguna familia donde no haya algún desempleado, desesperado, depresivo? Nuestras libertades, nuestro nivel de vida se hunde irremediablemente en el pantano de la decadencia, el calentamiento global amenaza con terribles consecuencias al planeta y a su población, digamos que la gran hecatombe se cierne sobre nosotros, tenemos miedo y nos revelamos, nos levantamos, gritamos, plantamos cara.
¿Pero quién o quienes son los culpables? Seamos claros, no nos engañemos, aún con diferentes números, todos hemos participados en esta carrera. ¡TODOS! aunque en medidas distintas, todos somos culpables.
Nos engañaron es cierto, nos ofrecieron dinero a bajo interés y nos estafaron, nos adormecieron, nos introdujeron en un mundo de consumo y nos adentraron sin miramientos en la carrera. Fue allí donde dejamos de ser dignos. Corríamos sin parar, “el paisaje era tan lindo” y sin embargo, atrás quedaban nuestras miserias y nuestros piojos.
¿Lo sabíamos? posiblemente si” más, sumergidos en la gran carrera no éramos conscientes ( quizás aún no lo seamos ), de nuestra gran indigencia.
Hasta que punto nos importa el hambre que mata a millones de seres humanos, en su mayoría niños, ( ¿Tenemos conocimiento de que una vaca europea recibe un promedio de 7 dólares de subvención diaria, mientras 1.000 millones de personas tienen que sobrevivir con un euro al día?). ¿Y las guerras? en los últimos 10 años, han provocado la muerte de dos millones de niños, un millón de huérfanos y al menos quince millones de refugiados y desplazados. Nuestro planeta también sufre, los venenos químicos pudren los ríos y las sequías los exterminan. Nos enfrentamos a la perspectiva de un cambio climático fuera de control en el breve transcurso de nuestras vidas y sin embargo todo transcurre como si fuese algo natural En este sentido, Bertolt Brecht señalaba: "No permitas que nada sea considerado natural, no vaya a ser que todas las cosas sean consideradas inalterables"
Hasta que punto nos importa todo esto, pues bien, yo digo que mientras no nos concierna, no podremos cambiar nada. Llegado es la hora de abandonar la carrera y ayudar a los que quedaron atrás, ellos son nuestros verdaderos aliados. No podemos esperar más, los gobiernos tal como los conocemos no nos sirven y han de cambiar. Esta es nuestra realidad presente y tenemos que combatirla, utilizaremos para ello las herramientas que disponemos que no son pocas. No queremos armas, estas sólo matan a inocentes y abogamos por la paz y el diálogo, pero es posible que tengamos que tomar medidas puntuales y quizás sea necesario adoptar acciones radicales con el fin de buscar una salida conjunta a la crisis que nos asola.
Que sepan que la gran carrera, “la nuestra” ha comenzado. El movimiento 15M, la puso en marcha, pero amigos… no podemos parar, que aprecien que este no es un movimiento impulsivo, un arrebato. Es necesario que meditemos profundamente y tomemos conciencia de quienes somos, que es lo que pretendemos lograr, contra quien tenemos que ir y como debemos organizarnos.
Sabemos que sus palacios están fuertemente protegidos y que una gran muralla alta, larga y ancha nos impide apenas vislumbrar sus torres. Si, realmente son muros difíciles de derribar, pero como los troyanos, tendremos que buscar la forma de adentrarnos en su interior y abrir sus puertas.
Siempre he pensado que la lucha por una sociedad más justa comienza el día que decidimos enfrentarnos a nosotros mismos, hoy creo que el planteamiento es dual, esto es, contra nosotros y contra ellos.
Este no debe ser un movimiento provinciano, regionalista o nacional, es un frente común que posiblemente haya comenzado en la plaza de una ciudad , pero que debería terminar con la unión de todos los seres humanos, del colectivo mundial .
¿Y tú que piensas?
¿Y tú que piensas?
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